martes, 5 de junio de 2012

Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota - Jijiji



En este film velado en blanca noche
el hijo tenaz de tu enemigo
el muy verdugo cena distinguido
una noche de cristal que se hace añicos.
No lo soñó -¡ieee-eeeeh!
(se enderezó y brindó a tu suerte)
no lo soñó -¡ieee-eeeeh!
y se ofreció mejor que nunca
¡no mires por favor! y no prendas la luz...
la imagen te desfiguró.
Este film da una imagen exquisita
esos chicos son como bombas pequeñitas
el peor camino a la cueva del perico
para tipos que no duermen por la noche.
No lo soñé -¡ieee-eeeeh!
ibas corriendo a la deriva
no lo soñé -¡ieee-eeeeh!
los ojos ciegos bien abiertos.
¡no mires por favor! y no prendas la luz...
la imagen te desfiguró.
El montaje final es muy curioso,
es en verdad realmente entretenido
vas en la oscura multitud desprevenido
tiranizando a quienes te han querido.
No lo soñó -¡ieee-eeeeh!
(se enderezó y brindó a tu suerte)
no lo soñó -¡ieee-eeeeh!
y se ofreció mejor que nunca
No lo soñé -¡ieee-eeeeh!
ibas corriendo a la deriva
no lo soñé -¡ieee-eeeeh!
los ojos ciegos bien abiertos.
¡no mires por favor! y no prendas la luz...
la imagen te desfiguró.
Olga sudorova...
vodka de chernobil
¡pobre la olga! ¡crepó!



Historia: 

Una tardecita del verano del '86, Skay Beilinson salió al balcón de su casa en la esquina de Soler y Gallo para respirar aire fresco. E inspirarse. "Estaba ahí, delirando con mi forma de componer tradicional: con la guitarra desenchufada. Una de las primeras cosas que salió fue ese solo medio gitano. Tengo ensayos enteros jugando sobre esa melodía. En un ensayo se lo pasé a Semilla y todos empezaron a sumarse. Lo primero que le sumó El Indio fue el estribillo: No lo soñeeeeeeeeeeeé...".

El recuerdo del bajista Semilla Bucciarelli, que hoy vive a escasas cuadras de los estudios (Panda) donde fue grabada originalmente, es concreto. "La mecánica de laburo al principio era la misma para todos los temas: Skay hacía músicas y el Indio escribía y luego se juntaban entre ellos por su cuenta para definir cuáles cosas iban y cuáles no. Después venía Skay y nos mostraba la música a todos los demás. Eso sucedió también con Ji Ji Ji, aunque luego esa dinámica de composición fue cambiando". En una crónica de época, Alfredo Rosso escribe que un tema nuevo de Los Redondos es como "algo que suena a tango metamorfoseado en el House Burning Down de Jimi Hendrix" y la descripción suena apropiada para el riff que acompaña las estrofas. Para esa época, Los Redondos formaban con El Indio en voz, Skay en guitarra, Semilla en bajo, Tito Fargo en segunda guitarra, Piojo Abalos en batería y Willy Crook en saxo. Entre agosto y setiembre del '86 se juntaron y/o alternaron en Panda para grabar Oktubre, cumbre discográfica ricotera. Apenas dos meses antes, Maradona la había descosido en México. Para las generaciones venideras, aquellas gambetas en el Azteca y las canciones que Los Redondos registraron para siempre en la calle Segurola 1289 continúan siendo hitos insuperables.

"Más allá del cariño que le tengo a esos temas, la forma en que fueron grabados me parece muy precaria, con medios técnicos muy limitados y no es algo sobre lo que vuelva ni siquiera seguido", nos explica El Indio.

La letra, un padrenuestro para cientos de miles de rockeros locales, fue objeto de otras tantas interpretaciones. El Indio, razonablemente poco propenso a explicar la naturaleza poética de sus letras, ensayó alguna vez su punto de vista en la Rolling Stone: "Para mí es un poco la paranoia de la droga. No lo llamaría de la experiencia de las drogas, que en este caso tiene otra pretensión, sino que está hablando de cuando alguien está a la deriva dentro de esa situación. Independientemente de lo que la gente haya interpretado para mí se trata de la paranoia, aunque recordemos que 'cuando uno está paranoico' no quiere decir que no te estén siguiendo. Ji Ji Ji es una risa medio perversa, marca una bidimensionalidad, es como que todo lo que estás diciendo no es una afirmación. Porque si tenemos el cuchillo sobre la mesa es simplemente un cuchillo, no es bueno ni malo. La cocaína es una cosa, no es la culpable de nada".


En 2007 Solari aceptó hablar sobre ciertos detalles específicos de la letra para la Revista Rolling Stone.
Para mí es un poco la paranoia de la droga. No lo llamaría de la experiencia con las drogas -que en este caso tiene otra pretensión- sino que está hablando simplemente de cuando alguien está a la deriva dentro de esa situación.

Yo estoy hablando de la psicopatía, de la paranoia, de todos esos males del promedio de la cultura rock. Porque esta cultura ha pasado por diferentes etapas como cualquier cosa que nace, se desarrolla, crece... se remata. Hubo momentos de plenitud, de euforia, de politización, de bajón, de introspección. Todo eso ha pasado casi como un pulso vital y yo creo que las canciones que uno hace -aunque no quiera o aunque lo haga mal- dan como una pintura de cómo se vivían ciertas cosas en cada momento.

En cuanto el título del tema...
Para mí el título es muy significativo. Porque Ji-ji-ji es una risa medio perversa, marca una bidimensionalidad, es como que todo lo que está diciendo no es ninguna afirmación. Porque si tenemos el cuchillo sobre la mesa, es simplemente un cuchillo, no es bueno ni es malo; la cocaína es una cosa, no es la culpable de nada...